Dr. Julio de Antón A SM EL REY FELIPE VI
Transcurrido cuatro años de la audiencia, celebrada en el Palacio de la
Zarzuela, al objeto de solicitar autorización para publicar un libro inédito que
atañe a S.M y a mi actividad, en calidad de profesor de refuerzo y preceptor en
quehaceres extraescolares, desde Abril del 1976 hasta Agosto de 1984, entrevista aquella donde nada se resolvió, quedando en el aire cualquier opción, razón
que me ha impulsado a modificar aquellas expresiones que pudiera intuir, en
calidad de inoportunas o desafortunadas, si las hubiera, eliminando en consecuencia capítulos y frases salidas de tono e inadecuadas, concluyendo, que si
hubiera que hacer una síntesis de mis desempeños y de lo poco o mucho que
me queda por hacer en esta vida, tras cincuenta años de actividad profesional,
se podría resumir que ese trajín se ha centrado sobre cinco ejes, esencialmente
educativos, y por este orden, primero, instruir y educar, desde siempre, a niños
y jóvenes en escuelas, colegios y Universidades, y a muchachos integrados en
organizaciones juveniles de tiempo libre, a través de actividades pedagógicas
y extraescolares, a la par que trataba de educar a menores difíciles, entre ellos
a los sometidos a procesos de Reforma/ Protección, además, de muy difíciles,
individuos componentes de bandas juveniles, como es el caso de la “basca” del
Tetillas, crestero archiconocido de la delincuencia juvenil; segundo, investigar
y tratar las desviaciones juveniles, tribus urbanas y grupos eversivos del futbol;
tercero,desvelar la fenomenología de la violencia escolar, menores extranjeros
escolarizados, así como entrenar y adiestrar a equipos directivos y docentes
para gestionar la conflictividad escolar a través de talleres de escuelas seguras;
cuarto, involucrarme en la investigación histórica y publicar obras noveladas
de esa naturaleza, aportando una bibliografía de diecisiete libros, la mayoría,
agotadas sus ediciones; y quinto, entrega incondicional a niños y jóvenes, singularmente, los que más la necesitaran, así, huérfanos, disociales y disruptivos .
En este orden y cumplido el cincuenta aniversario de Educador, he labrado, a través del tiempo, una obra que abre y cierra trozos de mi discurso
educativo, figurando SM, con deferencia singular, con un ladillo, no sé si adecuado, que me he atrevido a titular “SEMBLANZAS DE UN EDUCADOR EN
EL PALACIO DE LA ZARZUELA”, donde se cuentan pequeños recuerdos y
anécdotas en el proceso de aprendizaje mutuo, tanto escolar como extraescolar,
entrecortado en el capitular de la obra con datos de uno y otro que relatan de
mis rincones afectivos, donde figuran personas entrañables, amigos de niñez y
mocedad, experiencias en espacios de aire libre, y demás cuitas que VM leerá
con sorpresa, por atenerse a lo suyo, y con la exclusiva intención de que lea su
publicación cuando crea oportuno, participando que mi aprecio por la familia
Real sigue igual de incólume y no le digo nada extraño, hacia V.M, que le sigo
viendo como un zagal lleno de vida y cariño, escrito esto con mi más cuidada
veneración, extenso a S.M la reina Doña Letizia, por la estima que me expresó en
la última audiencia, que tuve el honor de compartir, tras la ceremonia nupcial.
Transcurrido cuatro años de la audiencia, celebrada en el Palacio de la
Zarzuela, al objeto de solicitar autorización para publicar un libro inédito que
atañe a S.M y a mi actividad, en calidad de profesor de refuerzo y preceptor en
quehaceres extraescolares, desde Abril del 1976 hasta Agosto de 1984, entrevista aquella donde nada se resolvió, quedando en el aire cualquier opción, razón
que me ha impulsado a modificar aquellas expresiones que pudiera intuir, en
calidad de inoportunas o desafortunadas, si las hubiera, eliminando en consecuencia capítulos y frases salidas de tono e inadecuadas, concluyendo, que si
hubiera que hacer una síntesis de mis desempeños y de lo poco o mucho que
me queda por hacer en esta vida, tras cincuenta años de actividad profesional,
se podría resumir que ese trajín se ha centrado sobre cinco ejes, esencialmente
educativos, y por este orden, primero, instruir y educar, desde siempre, a niños
y jóvenes en escuelas, colegios y Universidades, y a muchachos integrados en
organizaciones juveniles de tiempo libre, a través de actividades pedagógicas
y extraescolares, a la par que trataba de educar a menores difíciles, entre ellos
a los sometidos a procesos de Reforma/ Protección, además, de muy difíciles,
individuos componentes de bandas juveniles, como es el caso de la “basca” del
Tetillas, crestero archiconocido de la delincuencia juvenil; segundo, investigar
y tratar las desviaciones juveniles, tribus urbanas y grupos eversivos del futbol;
tercero,desvelar la fenomenología de la violencia escolar, menores extranjeros
escolarizados, así como entrenar y adiestrar a equipos directivos y docentes
para gestionar la conflictividad escolar a través de talleres de escuelas seguras;
cuarto, involucrarme en la investigación histórica y publicar obras noveladas
de esa naturaleza, aportando una bibliografía de diecisiete libros, la mayoría,
agotadas sus ediciones; y quinto, entrega incondicional a niños y jóvenes, singularmente, los que más la necesitaran, así, huérfanos, disociales y disruptivos .
En este orden y cumplido el cincuenta aniversario de Educador, he labrado, a través del tiempo, una obra que abre y cierra trozos de mi discurso
educativo, figurando SM, con deferencia singular, con un ladillo, no sé si adecuado, que me he atrevido a titular “SEMBLANZAS DE UN EDUCADOR EN
EL PALACIO DE LA ZARZUELA”, donde se cuentan pequeños recuerdos y
anécdotas en el proceso de aprendizaje mutuo, tanto escolar como extraescolar,
entrecortado en el capitular de la obra con datos de uno y otro que relatan de
mis rincones afectivos, donde figuran personas entrañables, amigos de niñez y
mocedad, experiencias en espacios de aire libre, y demás cuitas que VM leerá
con sorpresa, por atenerse a lo suyo, y con la exclusiva intención de que lea su
publicación cuando crea oportuno, participando que mi aprecio por la familia
Real sigue igual de incólume y no le digo nada extraño, hacia V.M, que le sigo
viendo como un zagal lleno de vida y cariño, escrito esto con mi más cuidada
veneración, extenso a S.M la reina Doña Letizia, por la estima que me expresó en
la última audiencia, que tuve el honor de compartir, tras la ceremonia nupcial.
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