miércoles, 6 de noviembre de 2013

SEMBLANZA DE JOSE LUIS PINILLOS

Corría el año 1970 ,tras recibir clases de      Cruz Hernández y Lázaro Carreter  en  la Universidad de Salamanca, Colegio Anaya, sede de la facultad de filosofía y         Letras    y ubicarme ,pasado tiempo,  en Madrid  en la facultad de filosofía pura , edificio  A, esquinado ,frente a Derecho,  primer piso izquierda,  que albergaba tres aulas ,donde impartían clases magistrales de Epistemología , Crítica, Filosofía de la naturaleza , Gnoseología, Lógica  ,disciplinas en las que destacaban profesores archiconocidos y emblemáticos, entre otros Rábade , Palacios, Saumells  y por supuesto el profesor José Luis Pinillos. Allí ,en aquellas  vetustas aulas ,  incapaces de recibir alumnado por encima de treinta , recibíamos enseñanzas no más de diez  aprendices de filósofos,  cifra de disc entes que quedaba obsoleta, reducida más de las veces  a una triada , que daba sensaciones  de trabar  clases particulares , totalmente cercanas ,próximas ,cara a cara, de modo y manera que tocábamos el aliento  y no hacía falta elevar la voz .

En ese contexto brillaba José Luis Pinillos, profesor Catedrático de Psicología, que cada tres días impartía clases a la semana y en jornada de todo un  curso, explicando su libro la “  Mente humana” y otras cuitas ,más situadas en el terreno de la filosofía, que era su condición natural.
Pinillos frente a los demás profesores que impartían clases en dicha facultad , apostaba por la comunicación directa , sin ambages, sin cientifismos, apoyado en la  expresión adecuada y bajar de la peana, del púlpito , es decir , a pie, dictando sus lecciones al paso y encarándose con cualquiera de  sus discípulos , tratando de convencer, ya  que su modo de decir era caliente, acogedor,  asertivo  y pedagógico.

Seguramente su presencia docente  en la faculta de filosofía pura me animó a cursar Psicología con la intención de no perderle de vista ,aunque fue triste mi decepción ,ya que el bueno de Pinillos solo impartía clases en la citada facultad en cursos de doctorado, consecuentemente pasé de Pinillos a Cencillo que trajo de Alemania  el Psicoanalisis , singularmente Lacán ,aunque todo se inundaría con  Freud, Jung, Adler y con ellos  toda la jerga del inconsciente, que determinaba y definía la personalidad.

Más tarde en los cursos de doctorado tuve la suerte de que aquel ilustre profesor impartiera una de las asignaturas, ”Modificación de Conducta” , que paso a paso fue derribando la teoría del inconsciente de la escuela psicoanalítica, que tanto me había apasionado.

Y un  día de esos que tenía el ángel de cara soltó una expresión que me conmovió “el hombre que no cambia está muerto”, ilustrando el proceso de cambio en la filosofía y su importancia en la búsqueda de la verdad .


En el cambio me he instalado, querido profesor, para no estar muerto, aunque tú has pasado a mejor vida , sin cambiar, por lo que elevo al altísimo preces para que te reconforte y sigas “viviendo”.

jueves, 10 de octubre de 2013

JULIO DE ANTON APUESTA POR LA UNIFICACIÓN DE POLICÍA Y GUARDIA CIVIL

José María Rico, compilador de la obra “Policía y Sociedad Democrática”, Alianza Editorial 1983, menciona en el prólogo la no existencia en lengua española de algún tratado sobre la Policía en una sociedad democrática. 

Jaume Curbert en un capítulo del libro citado, bajo el epígrafe “Orígenes del aparato policial moderno en España” escribe, con poco acierto, que las pocas obras escritas sobre Historia de la Policía han sido facturadas por policías y que éstos han puesto acentos exagerados en aspectos jurídicos, haciendo abstracción de conexiones sociales y de su evolución. 

Sobre los antecedentes de la Policía aquel exegeta de lo policial sitúa el origen de la misma en las Escuadras de Cataluña, en 1721, luego Mossos d’Squadra, enfrentados por aquella época a los miquelets o fusileros, que en la Guerra de Sucesión se aferraron a la causa austríaca, apostando por el Archiduque Carlos, que fuera proclamado solemnemente como Rey de España el 8 de agosto de 1705 en Denia (Alicante), siendo apoyado por la Escuadra Inglesa y otras fuerzas europeas, todas ellas enfrentadas a S.M. Felipe V. Llega a tal punto el autor citado, que sitúa y pone de relieve a un tal Pere Antón Veciana como adalid del primer cuerpo policial en Cataluña, constituido por aquellos Mossos, y luego liderando aquel personaje y familia Compañías sueltas de fusileros guardabosques que se extienden por varias poblaciones españolas. En definitiva concluye que el modelo policial implantado en Cataluña se extendió por el resto del Estado durante el reino de Carlos III, aserto y hechos que no son ciertos, desde el rigor histórico.

Jaume Curbert ignora el momento policial de Felipe V, creador del primer Cuerpo policial, denominado “Inválidos hábiles” fundado en 1717 (anterior, por evidente a la creación de las Escuadras Catalanas), y luego el Cuerpo de Carabineros, aparte del órgano institucional por excelencia, LA INTENDENCIA, que en 1749, Fernando VI otorgará en las provincias las competencias policiales.

Esa institución, La Intendencia, será el verdadero antecedente de la primera estructura policial en España, LA SUPERINTENDENCIA GENERAL DE POLICÍA DE MADRID, SU JURISDICCIÓN Y RASTRO, mediante Real Cédula de 30 de marzo de 1782 otorgada por S.M. Carlos III.
El tal reiterado Jaume Curbert confunde las Milicias urbanas, haciéndolas coincidentes con la Milicia Nacional, constituidas aquéllas por cuatrocientos cincuenta hombres, seleccionados entre personas honradas, integradas por jornaleros, gremialistas, campesinos, etc., que patrullaban las calles por la noche junto a los “inválidos hábiles”. Aquellas Milicias Urbanas fueron creadas por Carlos III y no por Carlos IV, como menciona erróneamente en la página 64 del libro citado. Carlos IV alentaría a la creación de las Compañías sueltas, entre otras la de Castilla-La Mancha, con cuartel policial, en la Villa de Vallecas (Madrid). J. Curbert nada dice sobre la existencia de los cuarteles policiales constituidos en las ciudades de Madrid, Barcelona y Coruña en el reinado de Carlos III; el restablecimiento de la Superintendencia General de la Policía por S.M. Carlos IV en 1807; el Ministerio de la Policía General en el Reino de España, dependiente de este Ministerio una Superintendencia de Policía (1808-1809); creación de las COMISARÍAS DE POLICÍA EL 29 DE JUNIO DE 1809 EN DAIMIEL; Superintendencia General de Policía creada por Real Decreto en 1824 por Fernando VII; y Dirección General de Policía y Seguridad Pública, en 1832. expedida por María Cristina. Aquel autor, sin más, olvida, pone entre paréntesis, estas instituciones citadas, esta historia policial, para llenar en muy pocas páginas el vacío de ciento veinticinco años, ocupándolo mediante presencia de Milicias o Guardias Cívicas para enlazar con la creación de la Guardia Civil en 1844. En resumen, el Sr. Curbert aparta a la Policía del hecho histórico, y ex nihilo engarza a la Milicia Nacional con la Guardia Civil. López Garrido, citado por Curbert, página 69, dirá sobre ese Cuerpo que recibe sus señas de identidad por un golpe de Estado, por la ausencia de control público parlamentario y por el Gobierno por Decreto, siendo una adaptación de la Gendarmería Francesa, acorde con lo afirmado por Nuria Sales en su historia del Mossos d’Squadra, página 124. Al final el tan citado Sr. Curbert afirma (página 72) “si el siglo XIX fue el signo de la formación de la Guardia Civil, el siglo XX lo será del resurgimiento y desarrollo de la Policía”.

Aparte de estos dislates históricos y pensando en el siglo XXI, APUESTO Y CONCLUYO, sin género de dudas, por la creación de un Cuerpo Policial del Estado, resultante de la unificación del Cuerpo Nacional de Policía y Guardia Civil, constituyéndose esta decisión, si así se resolviera, en una de las más acertadas que pudiera incorporar cualquier Gobierno al Estado y a la Historia de España, equiparándose o elevándose, por su trascendencia, a aquella que promulgara en 1986 el Gobierno socialista con la unificación del Cuerpo General de Policía y Policía Nacional, desencontrados aquéllos desde más de un centenar de años. 

Siguiendo el discurso, en un análisis somero me he planteado qué Cuerpo policial ganaría más en la unificación. La respuesta se hace inmediata y obvia, la Guardia Civil, que perdería su condición de Cuerpo Militar, constituiría Sindicatos, democratizándose internamente, formándose más intensamente sus bases, y aproximándose más a la Comunidad, para servirla. ¿Qué perdería?; tal vez el paramento, los frontispicios y el barroquismo de sus tradiciones enganchadas a otro momento periclitado, no de buena sombra, al igual que ocurriera en la Policía. También perdería símbolos, entre otros, tricornio, pareja, cartilla, color verde, desfiles y paradas, y nada más.


La unificación de Policía y Guardia Civil llevaría consigo la eliminación de las Estructuras, con todos sus aparatos y organigramas complejos, dependiendo el Cuerpo policial unificado que se cree de un órgano común, LA SUPERINTENDENCIA GENERAL DE SEGURIDAD, de demostrada raigambre histórica española; las competencias policiales serían únicas y no compartidas o peleadas como ocurre en estos momentos; el territorio de actuación policial sería único, nacional e internacional, solventando así muchos problemas de roces; presencia de un exclusivo cuerpo policial del Estado, de carácter civil, capaz de uniformarse entre azul y verde, y atender a contenidos de prevención, investigación, seguridad ciudadanas y orden público en los ámbitos urbanos y rurales; estructurado el nuevo Cuerpo policial de manera desconcentrada y subsidiaria, adecuándose a la distribución territorial de la Administración Central y periférica, de manera que en las Comunidades Autónomas el Cuerpo policial sea dirigido y coordinado por Superintendentes regionales, y en las provincias, y restos de poblaciones por Intendentes Comisarios; las funciones del nuevo Cuerpo policial del Estado, se situarían en los ejes de la defensa de los intereses del Estado, de las Instituciones, de la Comunidad y de los ciudadanos, promoviendo la participación de las entidades que vertebran la sociedad, y la coordinación con otros Cuerpos policiales de carácter Autonómico o Local, a través de juntas/consejos de seguridad ciudadanas; la unidad de mando sería única, a nivel central y periférico, eliminando de competencias policiales a delegados/subdelegados del Gobierno; la formación sería única y profesional, mediante carrera policial programada por módulos, acorde con categorías profesionales y adecuada aquélla al proceso del modelo policial que se defina, promoviendo en los Centros formativos los códigos de conducta y valores, en base a la normativa de Naciones Unidas, Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y disposiciones complementarias; y por último, implementación de recursos humanos, logísticos, y de cualquier tipo que redundaría en beneficio de la Comunidad y por evidente, reducción del coste presupuestario.

jueves, 18 de julio de 2013

LA POLICIA EN EL REINADO DE FERNANDO VII ,INSCRITO EN EL LIBRO POLICIA ESPAÑOLA, HISTORIA RESUMIDA(1782-2000)

LA POLICIA EN LOS TIEMPOS DE FERNANDO VII                  
Por el Tratado de Valencay, Fernando VII recobra en 1814 la Corona española, después de abandonarla José Bonaparte, motivado por  sucesivas derrotas de los ejércitos franceses, en 1813. En este Reinado, hay dos periodos anticonstitucionales y absolutistas, de 1814 a 1820; y de 1823 a 1833; con un periodo constitucional por medio, de 1820 a 1823. El Manifiesto de los Persas, llamado así por el pomposo encabezamiento de la Real Orden de 12 de mayo de 1814, restablecía el absolutismo y se decretaba la persecución implacable de diputados liberales, así como que el Gobernador militar de Madrid, lo fuera también civil; y extinguir a los Gobernadores Civiles o Jefes Políticos de las provincias, confiando el mando político de las mismas a los Capitanes/Comandantes Generales del Ejército.
El control de la calle fue  objetivo policial en el reinado de Carlos III, ahora, con la Instauración de los monarcas Fernando VII e Isabel II, será de interés policial el control de las gentes, en sus manifestaciones de vecinos, de partidarios, integrantes de sectas, sociedades secretas,  afrancesados, liberales, periodistas, militares, clérigos, y  cualquier persona que se mueva contra el interés de la Monarquía, del Estado, o del Gobierno de turno. Una serie de hechos condicionan la escasa o nula presencia de la policía en este periodo, entre otros:
-Desaparición de los Gobernadores Civiles sustituidos por Gobernadores Militares.
-Nacimiento  de la masonería como instrumento de poder y formadora de comités que promueve voluntades progresistas, y consecuentemente persecución de esta secta como así fuera  etiquetada  por Gobiernos moderados imperantes en este periodo.
-Creación y apuesta por la milicia civil para reprimir el orden público en las ciudades y a las partidas en el sector rural.
-Desaparición de lo civil en las instituciones y en la sociedad española, por excesivo intervencionismo de lo militar, que se constituye en el árbitro de los destinos de España.
-Restablecimiento de la Inquisición, como apoyo a las Juntas de fe .
-Inexistencia de un Código Penal que obligue a una conducta, por igual a todos los españoles, y en todos los territorios, tan diversos, así como un Código Civil, que a nivel de recordatorio aparece en 1870 y 1888, respectivamente.
Masones y carbonarios españoles, apoyados por logias americanas, inglesas y francesas, colaboraron en las sublevaciones y pronunciamientos militares liderados por jefes militares. La masonería, que entró en España en 1814, se extiende en una red de logias por  las plazas militares, concretamente en Granada, Cádiz, Barcelona, Coruña, Alcalá, Murcia y Madrid. La policía, junto al ejército e inquisición, tendrán como principal objetivo la persecución de masones, siendo los más activos, Alcalá Galiano, hijo; Mendizabal, el General de origen irlandés O´Donnell; y Quiroga y Riego, que proclamarán la Constitución de 1812, jurándola Fernando VII, hecho que determinó un gran número de adeptos a la masonería, que se dividirían en comuneros y anilleros.
El orden público en el transcurso de 1820-1823, se vio continuamente alterado por motines en las ciudades, y partidas en los pueblos y zonas rurales. La falta de autoridad era evidente, hasta el punto de que las sociedades secretas alentaban al populacho a la liberación en  las cárceles.
La reacción absolutista de 1823-1829, como consecuencia de la intervención francesa, que derrotó a los ejércitos liberales españoles, fue más violenta y cruel que la de 1814, que constituyó comisiones militares para perseguir a los reos de delitos políticos y  Juntas de la fe para perseguir a liberales y masones. En este momento, el Jefe de policía de Fernando VII, Rufino González, gozaba de la total confianza del Rey, junto a Calomarde, Ministro de la Guerra.
En este periodo surgen los primeros carlistas, luego apostólicos, que iniciarán partidas realistas, sublevándose en Cataluña, para acabar con el fusilamiento de sus jefes.
En 1823, José Manuel Arjona, Presidente del Tribunal de Vagos de Madrid, diseñó una Superintendencia General de Vigilancia Pública, que reitera la nomenclatura de este órgano superior policial, creado por el Rey Carlos III y luego Carlos IV, con el objetivo de perseguir a realistas exaltados, al mismo tiempo que existe una Secretaría o MINISTERIO DE SEGURIDAD, que siguió el modelo bonapartista, con la especial atención de perseguir afrancesados mediante policías secretas.
En 1817,  Fernando VII emite una Real Cédula, por la cual se establecen las reglas convenientes para la aprehensión y rastro de malhechores y así evitar que se repitan sus violencias y robos, y afianzar la tranquilidad y seguridad pública, entre otras las que siguen: “Capitanes o Comandantes Generales de la provincias, son destinatarios últimos de cuantas noticias remitan Corregidores, Justicias, Ayuntamientos y demás personas sobre el estado de inseguridad que serán los que ordenen tropas disponibles para la aprehensión de ladrones y malhechores públicos, cuidando los Intendentes de que la tropa perseguidora esté puntualmente asistida de paga;  reos y detenidos pasaran a disposición de las salas del crimen de las Audiencias del territorio, a excepción de  militares, procediendo especialmente contra bandidos y salteadores que anduvieran en cuadrilla; se dará cuenta puntual a la autoridad del Consejo, a través de los Capitanes Generales, de cuantos delitos se cometieran en los territorios y el número de reos detenidos; y a efectos de identificación de malhechores y personas sospechosas, se resuelve, que todos los que viajen a cinco leguas del pueblo de residencia lleven pasaportes de los respectivos Justicias, expresando destino, señas y armas; y a los trajineros, pasaportes por seis meses, renovándose”.
En 1822, el Gobierno Superior político de la provincia de Tarragona, mediante circular del Decreto de Cortes extraordinarias, por el que se crea el Reglamento Provisional de Policía, transmite entre otras, las siguientes disposiciones: “ que los Jefes políticos, Alcaldes y Regidores tendrán las providencias de policía, auxiliándoles tropas del ejército permanentes, Milicia Nacional y vecinos; se sujetarán a inspección de  Autoridades las casas públicas, fondas, cafés, juegos, siendo respetadas las habitaciones ocupadas por particulares; los Ayuntamientos se dividirán en barrios y cuarteles, encargándose cada Policía de cada uno de ellos; casas, hospicios, conventos, etc., serían numeradas por sus dueños a efectos de padrón, cuidando mucho que todo español tuviera domicilio o vecindad conocida y que ninguna persona viajara sin pasaporte, donde se expresaría filiación, oficio, nota de criados, armas, carruajes y caballería que lleva y lugar a donde se dirige; de modo que cualquier persona desconocida que viaje sin él, será detenida hasta que justifique su buena conducta; será requisito para establecer fonda, posada o mesón, comunicarlo a la Autoridad, obligándose a remitir a la misma denuncia de quien se permita hacer noche sin pasaporte; y se autoriza a los Jefes Políticos, con previo acuerdo de las Diputaciones, a formar partidas de escopeteros para perseguir a malhechores cuando sean frecuentes los robos en los territorios respectivos”. En fecha 6 de diciembre de 1822,  emite un Decreto Fernando VII, que se traslada por Circular del Secretario de Estado y Despacho de Gobernación, referente a los gobiernos políticos de provincias, relacionados con la seguridad y  orden público, disponiendo, entre otras cuestiones lo que sigue.
- la seguridad de personas y bienes, y conservación del orden público, estará a cargo de los Jefes Políticos, en todos los pueblos que componen su provincia; de los Alcaldes, Constituciones, Corregidores y  Ayudantes de barrio.
- auxiliaran a la Autoridades las tropas del ejército permanente en los territorios, la Milicia Nacional y también los vecinos.
- las Autoridades vigilarán-inspeccionarán las casas públicas, hospederías, tabernas y casas de juego.
- cuidarán los Jefes Políticos, también llamados Intendentes, de que los españoles tengan vecindad conocida a efectos de control, y viajar siempre con pasaporte, que será impreso, sellado y uniforme para toda la Nación.
- las Autoridades impedirán los juegos prohibidos,  velando para que  agentes y tropas detengan a vagos y maleantes, acorde con la Ley de 11 de septiembre de 1820, controlando el uso y abuso de armas prohibidas.
- celarán la seguridad de los caminos formando partidas de escopeteros, a efectos de represión de bandidos y cuadrilleros, dando cuenta de ello al Gobierno de la Nación.
En 1824, el 13 de enero, Fernando VII, en su época absolutista, crea LA SUPERINTENDENCIA GENERAL DE LA POLICÍA, tras organizarla, definir competencias y dotarla de  presupuesto y uniforme. Las funciones  de la  policía  consistirían, entre otras: realizar padrones del vecindario; expedir pasaportes; venta ambulante; establecimientos; permisos de armas, caza y pesca; registrar toda clase de vehículos; y además ,otras que compartiría con  instituciones similares, al objeto de impedir cuadrillas y reuniones tumultuarias que perturben el orden; y  perseguir asociaciones secretas, tales como masones, comuneros y carbonarios. Los profesionales de esta policía se denominaban Superintendente General, Secretarios, Tesoreros, Comisarios de Cuartel, Celadores de Barrio y Celadores de Puerta. A nivel provincial el Intendente sería el Jefe de la policía.
En 1826, noviembre, el Superintendente General interino del Reino, Juan José Recacho, emite un bando que recuerda la obligación de viajeros de no descuidar el refrendo de  pasaportes, obligados a su presentación a las autoridades de los pueblos donde pernocten bajo la multa de cuatro ducados de exacción. En este año, dos Intendentes de Policías, en fechas distintas, febrero y septiembre, del Principado de Cataluña, emiten bandos, uno, concerniente a indultos a personas cómplices de robos cometidos en iglesias, siempre que proporcionen noticias para su descubrimiento; y otro, referente a un escrito de un Comisario del quinto cuartel, dando cuenta de serenatas por la noche, que resuelve la necesidad previa de conocimiento al citado Comisario e Intendente de la Policía, de músicas y serenatas a deshora, a efectos de no turbar la tranquilidad.
En 1827,  Fernando VII emite una Real Cédula que modifica el Reglamento de 20 de febrero de 1824 relativo al establecimiento de la Policía General del Reino y hace unas variaciones y aclaraciones de la misma, después de haber demostrado la experiencia que el establecimiento de la policía general creada y organizada por el Rey, carece de la unidad y sencillez que necesita para conseguir las ventajas que en beneficio público se propuso al expedirla, y  especialmente a que los arbitrios consignados para la creación de esa policía puedan disminuir al objeto de aliviar de impuestos a los vasallos, reduciendo el número de empleados y sus dotaciones, de la misma forma que ha resuelto en otros servicios del Estado. En consecuencia se mantiene la Superintendencia General de la Policía agregada al Ministerio de Gracia y Justicia y en provincias los encargados de la policía se llamarían Subdelegados que con esta denominación lo serán en las ciudades donde  residan  Cancillerías y Audiencias, los Regentes o uno de los Oidores o Alcaldes del crimen , y en las demás capitales de provincia lo serán los Corregidores, Alcaldes Mayores, Jueces Civiles o Gobernadores Militares y políticos, cesando en consecuencia los Intendentes de la Policía a excepción de Madrid.
Con el ánimo de reducir  gastos el Rey Fernando VII dispuso que  Comisarios de Cuartel y  Celadores de barrio y de puertas continuaran  donde convengan pero donde no proceda, se suprimirán, eliminando así salarios, que se extenderá a las Secretarías y gastos de correos y escritorios, hasta el punto que desaparece la Secretaría de la Superintendencia. Las atribuciones privativas de la policía serán acorde con esta normativa la vigilancia dentro y fuera del Reino en las conspiraciones contra el orden legítimo y seguridad del Estado, a cuyo fin se facilitará por los respectivos Ministerios la competente cooperación, y destaca en su artículo 16 que las personas arrestadas por la policía, sea cual fuere la causa, serán entregadas a los Tribunales y Jueces de sus respectivos fueros, en el término de tres días a más tardar.

En 1832, en el Ministerio de Fomento General del Reino, por Real Decreto de 5 de noviembre, con amplias atribuciones en orden público, y expedido por María Cristina, durante la enfermedad del Rey, se crea una Sección DIRECCIÓN GENERAL DE POLICÍA Y SEGURIDAD PÚBLICA.

Policía española:historia resumida (1782-2000)

En fechas  inmediatas el Dr. Julio de Antón presentará su libro Policía Española :historia resumida (1782-2000), publicación que recoge los modelos policiales transcurridos desde el reinado de Carlos III hasta nuestros días.

viernes, 7 de junio de 2013

EL JUEZ SILVA PACHECO PERSEGUIDO POR UN LOBBY

Conocí al Juez Elpidio José Silva Pacheco, en Ceuta , cuando era  Titular del Juzgado de Instrucción Penal  nº2,  y yo era responsable de la Dirección General de Seguridad de aquella ciudad autónoma .En aquellos momentos propicié en el ámbito de la policía local una formación apropiada al experimento allí establecido ,a instancia de Federación de  asociaciones  de vecinos, relacionado  con la creación de  una policía de proximidad ,antecedente de la que fuera bautizada en el seno del Cuerpo Nacional de Policía, creada por el Sr. Cotino, entonces Director General de la Policía. En ese ámbito formativo sondee especialistas en Derecho Penal entre los abogados de la ciudad y la mayoría coincidió en el perfil del Sr Silva , por entonces Juez, motivo suficiente para encargarle  la disciplina de Derecho Penal con veinte unidades didácticas a impartir a los policías que serían responsables de aquella experiencia profesional inédita. Sus clases fueron suficientemente ilustrativas para poner más allá de la línea básica de conocimientos a los policías que tomaban contacto con esta disciplina y más cuando aquel profesor y juez las ilustraba con ejemplos y experiencias .
Esta relación académica , en mi condición de responsable del curso y titular de la policía de seguridad  ,me  facilitó la compañía y luego “amistad” del Sr Silva que al poco tiempo sería destinado a las Palmas.
Viene estos antecedentes  a la persecución que se la está haciendo en la prensa al juez Silva Pacheco, a través de un lobby forjado por el Sr Blesa , constituido en el periodo que ocupó la dirección y gerencia de la caja de ahorros madrileña, que tanto dinero y soflamas  aportó  a partidos ,sindicatos , entidades e Instituciones ,y personas concretas, como ha quedado constatado en los contenidos de prensa emitidos sobre la cuestión, ignorando de pleno  el largo curricular que el  propio Juez expone en su web referente a su formación académica, en consideración de Doctor en Derecho y dominar inglés ,francés, italiano, así como su condición de profesor asociado en centros docentes de criminologías y especialista en estafas masa.
Julio de Antón,

Comisario jubilado de Policía

lunes, 11 de febrero de 2013

antisistema ,anarquismo y escuela libertaria


El Dr Julio de Antón señala en su Tesis doctoral “EL sentido de la violencia escolar” al anarquismo como una de las teorías que sustentan a los antisistemas ,añadiendo  en referencia a las teorías anarquistas sobre educación que éstas fueron sostenidas por los anabaptistas, en el siglo XVI, y puritanos ingleses del XVII, y luego en el XVIII por el sacerdote Jean Meslier. Sus raíces se encuentran en la pedagogía anarquista que postula una educación integral, racional, libertaria y mixta. Tolstoi, Ferrer Guardia, Nelly y Roger son sus máximos exponentes y los iniciadores/precursores del antiautoritarismo expresado en las escuelas, en la educación y en las calles.

 En este orden J.J. Rousseau preconizó el estado natural, anteponiendo sentimientos y sensibilidad al conocimiento frío, y considerar a la libertad como un derecho natural, vinculado a la igualdad. Mas tarde, Dejas, junto con Bakunin y Kropotkin, marcarán la pauta de lo que sea el anarquismo libertario en el terreno educativo y político.

La pedagogía libertaria rechaza a la escuela por considerarla un instru-mento de alienación, capaz de imponer determinadas ideas que fluyen del poder, y que frenan la sed de libertad e iniciativas. La pedagogía libertaria aboga por una escuela que no sea instrumento de represión, laica, capaz de transformar las conciencias para el logro de la libertad. En esta línea la educación propende el uso de los sentimientos y el conocimiento de la sexualidad, observación de la naturaleza, prácticas higiénicas y libertad de experimentación, desterrando de la escuela todo aquello que no pueda ser observado, experimentado o validado científicamente.

Ferrer Guardia, anarquista barcelonés (1855-1909) propugnó la liberación de la ignorancia de niños y adultos a través de la “escuela moderna”, con carácter racionalista y científico, donde la libertad era el propósito funda-mental, espacio donde se erradicaba cualquier imposición o arbitrariedad, y se suprimían exámenes, calificaciones, premios, castigos, que favorecen la desigualdad, eliminando así el espíritu competitivo .

Una experiencia libertaria es la “antiescuela” con la pretensión de ser la más democrática de las instituciones educativas. En principio no exige exa-men de admisión,  niveles de conocimientos, no cobra matrículas, es gratuita y es el lugar donde el plomo aprende a flotar y el corcho aprende a hundirse, donde las tortugas aprenden a volar y las nubes aprenden a arras-trarse por los caminos.

Iván Illich,  en el marco de la teoría libertaria, es el padre de la educación desescolarizada, en el sentido de que sienta el principio de que la escuela de hoy es una institución anacrónica, que no se ajusta a las velocidades de los cambios, y que solo sirve para dar estabilidad y proteger la estructura de la sociedad que la produjo.

Iván Illich manifestó que la escuela es una vieja y gorda vaca sagrada a la que critica por preparar y adiestrar a una elite, favoreciendo el fascismo,   además, por su estructura centralizada, burocracia interna, rigidez y desi-gualdades que encubre.

Entre 1970-73, Iván Illich impregna su discurso educativo sobre cuatro pre-misas:

A)     La educación universal por medio de la escuela no es viable.

B)      La educación universal no se producirá por nuevas actitudes de los maestros, o por la proliferación de nuevas herramientas y métodos.

C)      La burguesía educacional debe revertir en el logro de las antitesis institucionalizadas.

D)     No sólo hay que desescolarizar las instituciones del saber, sino tam-bién el ethos de la sociedad.

Iván Illich sostiene que el prestigio de la escuela como proveedora de ser-vicios educativos de calidad descansa en una serie de mitos, entre otros los que siguen:

A) El mito de los valores institucionalizados, en el sentido de produce-ción de aprendizajes que demanda el mercado social, postulando Illich que el aprendizaje es la actividad humana que menos manipu-lación de terceros necesita, que no es el resultado de la instrucción, sino de la participación de los educandos en el contexto de un entor-no significativo.

B) El mito de la medición de valores, aportando Illich que los valores institucionales no son medibles, como es el caso del desarrollo perso-nal.

C) El mito de los valores envasados, mediante los cuales la escuela ven-de curriculum. En esta concepción el profesor es percibido como un distribuidor que entrega servicios acabados al alumno-consumidor.

D) El mito del progreso eterno, mediante el cual se implementan curri-culum y diplomas. La ruptura pondría en juego el sistema económi-co.

Iván Illich ,en 1974 ,escribe sobre “Convivencialidad” donde trata de las instituciones que se caracterizan por su vocación de servicio a la sociedad, por la participación voluntaria en ella de todos los miembros de la comunidad y afirma que convivencia es la sociedad en la que el hombre controla la herramienta. Illich afirma que un sistema educativo debe pretender tres objetivos:

1º.- Proporcionar a todos los que quieran educarse de todos los recursos.

2º.- Dotar a los que quieren enseñar y compartir con los que quieren aprender.

3º.- Dar la oportunidad a cualquiera para presentar sus argumentos.

domingo, 13 de enero de 2013

UN BUEN CHAVAL


Un buen chaval
Hace unos días un titular de prensa  sorprendió por su prosa malograda donde se podía leer ” el Príncipe es un buen chaval”, adjetivo familiar identificado con  el término conceptual de joven, etiqueta replicada y pronunciada en los medios de comunicación por el cómico Pedro Ruiz con ocasión de  entrevistas que viene  manteniendo Don Felipe  con  gente friqui , intelectuales  y personas globalizadoras que se mueven en el terreno   de la cultura , al objeto de conocer el estado de opinión de la calle, de las tertulias y de los foros, respecto de la familia Real o sea , la Monarquía. Y ese “chaval”  ya ronea la  cuarentena de  años, vistiendo canas en la barba a la manera de un  viejo chivo. El Príncipe de Asturias , según el Rey ,en una de sus últimas declaraciones realizadas en televisión comunicó , sin estridencias, y  calladito , que aquél es uno de los  más preparados de  los habidos , tras ser instituido ese título por un descendiente de   Enrique III el doliente, rey de Castilla  ,casado con una nieta de Pedro el Cruel,  asesinado por su hermanastro Enrique el de las Mercedes, que inaugura la dinastía de los Trastámara.
Lo de” buen chaval” viene a cuento porque en días anteriores e inmediatos ,el Príncipe de Asturias se hizo notar por su presencia en el AVE de Barcelona , en su estación, con ocasión de inaugurar aquella vía con Francia ,enlazando aquel ferrocarril  las cuatro ciudades catalanas para terminar en París, según información procedente, acompañado de miembros destacados del Gobierno, entre otros  Rajoy y Ministra de Fomento, a la par que en sucesivas fotos y cortes de televisión se percibía ,con expresa evidencia y notoriedad, la figura” inasequible  al desaliento” del Presidente de la comunidad catalana , Arturo Mas, que con gestos estudiados protagonizaba y movía  la mayoría de posicionamientos que aquellas autoridades del Gobierno adoptasen, liderando sus pasos hacia posturas  fijas o móviles, sea a la cabecera del AVE, sea en las escaleras mecánicas de los accesos a la estación y por más ,cuando se situaron sentados en el trayecto del ferrocarril.
Y en este escenario , sentados en el vagón del AVE, llama la atención  la sobreactuación de Arturo Más que reposadamente y encarado con el chaval manifestó, sin inmutarse, al corrillo que  cultivaba  la natación todos los días , iniciando con desfachatez y sin soltarse de la peana ,un tema de conversación que animaría a los demás a definir  aptitudes deportivas que practicaran, así intuyo que  Mariano Rajoy expresaría y abanderaría  su pasión por el ciclismo o pasear ,desconociendo quien suscribe las actividades deportivas  de la Ministra de Fomento, sentada a la izquierda de aquel inasequible  y enfrentado a su primer ministro , al cual adora, y arrima cuando puede su ascua fría y sordomuda. Don Felipe pudo hablar de innumerables temas que  acapara y singularmente de carácter deportivo , actividad en la que es un maestro ,concretamente  en vela, esquí, judo, y un largo etcétera, aunque no se mostró ufano dejando que los gallos y gallina del corral piaran .
 Y en ese teatro del AVE qué actitud percibimos en el joven Príncipe  , que callado esperó su turno y envite, y como una bola de  billar recorría las bandas sin que se detuviera por impulso o  inercia del discurso de los otros, singularmente dos de ellos , Arturo y Rajoy, que en la mesa y con los colmillos retorcidos pasaban el mal rato, entreteniéndolo con artificios y palabrerías huecas. La actitud de nuestro Príncipe se manifestaría acojonantemente agresiva
mostrada en la expresión de sus risorios que se apretaron  al máximo , añadiendo a su rostro dureza ,  yendo con su mirada de aquí para allá sin detenerse en ninguno de los dos pájaros  por si acaso, matizando con ello algo de excesiva prudencia y paciencia, a la espera de pasar ese tiempo encarnizado y hasta más ver.
Lo curioso de esta reflexión es la actitud de quien parecía dominar la situación ,Arturo Mas, que con claros gestos ,  entrenados y aprendidos meticulosamente , dibujaría  los modos y maneras al  resto de contertulios ,no sé si por sentirse en su casa o por una  megalomanía galopante que le aproxima ,sin más, al abismo del suicidio político, o qué se yo.
Ahora, qué hubiese ocurrido si en vez de estar presente el “chaval” en aquel corrillo del AVE  si  le hubiera sustituido su padre, mostrando rostro bonachón ,marcado por una  ironía borbona con el añadido de extraña sordina  , que parece que no escucha cuando todo lo oye, estrategia que le sirve para provocar en los otros  desdén y a veces burla , adornado su majeza que la tiene per se,  cansado ya de prestar oídos a  sandeces de algunos políticos y que como es sabido  no consiente que nadie bajo El inicie  asunto  de conversación , o ser preguntado por cualquier evento, cuidándose los súbditos de no importunar al Monarca con temas  improcedentes o banales , iniciando  El las cuestiones  que convengan al caso  o tratar los pormenores  que interesen .Lo contrario sería una falta de educación  grave a nivel de cortesía ,sea por la majeza que representa el monarca ,sea por la edad, saber y gobierno que a aquella Majestad  adornan.
Y esto me lleva a concluir que SM el Rey tiene la capacidad de impresionar ,dominar ,dejar sin lenguaje al otro, y provocar un vacío en la comunicación que puede  trastear cualquier intento de confundir sobre quien manda/reina  en la pajarería de España . De ahí que en las turbulencias que se sucedan en  territorio hispano no conviene  a SM abdicar  de la corona por la crisis económica que arrastra España ,amén del desafío soberanista que impulsa  Cataluña, implementada por la crisis de confianza institucional, razones  serías por las que  el “chaval” debe quedar a la espera de nuevos vientos de poniente ,entrenándose cada vez más para ser un auténtico Príncipe de Asturias y  no ser una bola de billar que pueda ser bandeado por otros que se puedan sentir iguales o superiores .La majeza, Alteza ,se conquista en la brega de los corrillos, en los medios, y en los foros de la calle