El
País publica un editorial en fecha 11 de marzo de 2012, con un titular,
ya
conocido, “Frustración Juvenil” en el que desarrolla unas importantes
declaraciones,
por su evidencia, entre otras :
-que
el desempleo y precariedad laboral que sufren los jóvenes españoles son
síntomas
de un fracaso colectivo .
-que
la falta de perspectivas laborales junto con la crisis y recesión agudizan
el
drama español hasta extremos insostenibles.
-que
una gran mayoría de jóvenes perciben inalcanzable un empleo que
roce
los mil euros
-que
la tasa de paro juvenil ha escalado un ritmo acelerado en los últimos
cinco
años hasta el 49,9%, lo que supone duplicar la media de la Unión
Europea..
-que
la ausencia de políticas activas de empleo y los insuficientes intentos
de
modificar los patrones de crecimiento se han venido a unir a una crisis
económica
devastadora en términos de desempleo.
-que
el empobrecimiento general de la población con el recorte masivo de
ingresos
está perjudicando de manera inmisericorde a los más jóvenes.
-que
el 89% de la población española considera que la situación económica
es
mala o muy mala, lo que marca un récord de pesimismo que es un
lastre
para el sistema..
-que
300.000 jóvenes españoles habrían emigrado desde el inicio de la crisis,
dilapidando
así el beneficio que España puso a su alcance y que esa falta
de
perspectivas se convertirá en un peligroso caldo de cultivo para el conflicto
social.
Esa
frustración podría explicar la presencia de la Indignación masiva de
jóvenes
en las plazas de toda España y ciudades significativas como Berlín,
París
y Londres, donde muestran desde su estado festivo al más violento y
radical,
que se observa de manera global en el mundo, al menos en las ciudades
en
crisis donde coincidan eventos económicos mundiales, y singularmente
en
el ámbito de algunas ciudades españolas por encima de los cien
mil
habitantes, capaces de movilizar a masas de estudiantes y parados juveniles,
junto
con emigrantes, empujados/apoyados por la izquierda radical y
ciertos
anarquistas, auténtico nicho de aquellos indignados.
Esa
frustración ha conducido a una violencia estructural en la medida que
esas
situaciones anteriormente citadas producen daño en la satisfacción de
necesidades
básicas de los jóvenes como resultado de un proceso, mas o
menos
largo, de estratificación social, lo que significa la existencia de un
conflicto
en el uso de los recursos materiales y sociales, por parte de unos
frente
a otros.
¿Y
de qué necesidades básicas hablamos entre los jóvenes? La respuesta a
esta
cuestión nos la da Maslow en su Pirámide, que como es sabido se
estructuran
en diferentes planos y alturas, situando en la base las
Fisiologicas,
que implican respirar, alimentarse, descansar, sexo y salud,
seguidas
por aquellas que hacen referencia a la Seguridad,
que expresa
empleo,
familia, salud, física y propiedad privada; Afiliación
sería el tercer
plano,
que contiene valores como amistad y afecto ; el cuarto plano lo contempla
el
Reconocimiento, que
enreda conceptos como autoestima, confianza,
respeto,
éxito; y
por último, Autorrealización, que
conlleva creatividad,
espontaneidad,
libertad individual, falta de prejuicios, aceptación de
hechos,
y solución de problemas.
De
otro lado Johan Galtung, matemático y sociólogo noruego nos remite a
su
celebrado triángulo de la violencia, situando en los vértices de la base a
dos
violencias, la cultural y estructural,
que las define como invisibles,
y
en
la cúspide o vértice superior del triángulo la violencia
directa, que afirma,
con
rotundidad, su visibilidad, característica
esencial que la diferencia
de
las otras dos, y con un peso insignificante respecto de aquellas ubica-
12
Dr. Julio de Antón
das
en la base del triángulo, aunque es el resultado de la acción/omisión de
las
mismas
Cuando
J.Galtung escribe sobre violencia estructural lo hace para poner en
evidencia
que aquella frustración juvenil viene desarbolada por la presencia/
ausencia
de estímulos que satisfagan necesidades, las más básicas de
todas,
aquellas que se colocan en los planos inferiores de la pirámide de
Maslow,
referentes a las necesidades vitales o fisiológicas y aquellas que se
sostienen
en el terreno de la seguridad personal, familiar, laboral, asistencia
medico-farmacéutica
y hospitalaria..
Y
en este orden si cruzamos la frustración juvenil editada en cabecera por
el
diario El País con las necesidades planteadas por Maslow en su pirámide
y
mezclamos las mismas con las violencias que propone Johan Galtung
en
su triángulo de visibilidad e invisibilidad, las resultantes podrías ser
catastróficas
en el orden social/político hasta el punto de producir desencuentros
que
perturben a la ciudadanía y dé lugar a enfrentamiento como
en
algunos espacios urbanos están ocurriendo, entre otras:
-que
una de las partes, la juventud, en sus diversas manifestaciones, estudiantiles,
desfavorecidos,
marginados, empobrecidos, tribus urbanas reivindicativas,
radicales,
etc, se levanten y empiecen a replicar en la calle sus
demandas
en orden a requerir/urgir la satisfacción de sus necesidades básicas
e
imprescindibles.
-que
otra de las partes, el capitalismo, representado por entidades financieras,
banca,
empresarios y Gobiernos que los sustentan, desoyan aquellas
demandas
básicas e imprescindibles y se hagan sordos de solemnidad, sin
afrontar
los problemas de este orden.
-que
en el conflicto se inicie por una mecha, cualquiera que fuere, pero suficiente
para
prenderla en aquellos colectivos juveniles que reclaman satisfacción
de
necesidades y que viven en una continua situación frustrante.
-que
la otra parte, dueña de los medios de producción, recursos, y de aquellos
Gobiernos
que sostienen al capitalismo salvaje, ignorando el Estado del
Bienestar,
se vuelvan más egoistas, conservadores, intransigentes, intolerantes
e
insolidarios con aquellos jóvenes, los más débiles y desfavorecidos de la
Introducción
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sociedad
y que esta parte sea la que lance/empuje a fuerzas de seguridad
para
afrontar las urgencias de insatisfacciones incumplidas y deseadas por
la
mayoría de una juventud frustrada.
Y
es bien sabido que una inmensidad de jóvenes de cualquier condición y
naturaleza,
aparte de no ver logradas las necesidades básicas que se mueven
entre
las vitales y de seguridad, no son capaces de tocar aquellas situadas
en
niveles superiores e intermedios como es el caso de logro de autoestima,
confianza,
respeto y éxito, y más, aquellas necesidades que se
desplazan
en los terrenos de la autoafirmación, que implican creatividad,
ausencia
de prejuicios, aceptación de hechos y solución de problemas a nivel
individual.
Y
en la medida de que se busque o pretenda la felicidad, objetivo a cumplir
por
todas las partes en conflicto, jóvenes antisistema y capitalismo neoliberal,
deberían
indagar conjuntamente la solución más favorable para solventarlo,
a
fin de evitar confrontaciones, aportando, una y otra parte, en la
medida
que pudieran, la pretensión de logro de que impere entre ellos la
verdad
y el juego limpio, la justicia y bondad, el sentido lúdico y búsqueda
de
lo significativo .
Dr.
Julio de Antón
Director del Observatorio de los
Antisistema
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