lunes, 11 de junio de 2007

LAS CHECAS POLICIALES DE LA REPUBLICA ESPAÑOLA

Manuel Muñoz Martínez, Director General de Seguridad, diputado en Cortes por Izquierda Republicana y grado 33 de la masonería convocó a mediados de Agosto de 1936 en el Círculo de Bellas Artes a representantes de partidos políticos y organizaciones sindicales que integraban el Frente Popular, acordándose entre los que asisten la constitución de un Comité Provincial de Investigación Pública, que en contacto con la Dirección General de Seguridad se encargaría de la represión, erigiéndose en Checa, la cual resolvería, sin limitaciones y formalidades, los asesinatos que procedieran. Ese Comité integró secciones y “Tribunales”, funcionando hasta finales de Agosto en los sótanos del Círculo de Bellas Artes, trasladándose después al número 9 de la calle de Fomento, recibiendo el nombre de Checa de Fomento, que operó hasta su disolución en noviembre de 1936. La Checa de Fomento no disolvió al resto de las Checas, contribuyendo, por el contrario, a reforzar la autoridad de otras, que remitían asuntos y detenidos. El “Tribunal de Fomento” decidía los acuerdos de libertad, asesinato, o cárcel. En caso de asesinato el “tribunal” entregaba a los detenidos a una “brigadilla”, constituida por cuatro individuos y un responsable, destacando entre éstos un anarquista, Antonio Ariño Ramis, alias el catalán, ejecutor de esta Checa. La Dirección General de Seguridad facilitaría a la Checa de Fomento los ficheros y relaciones de antecedentes que a la misma interesara para sus actividades de persecución, conociendo aquella entidad el balance diario de las actuaciones del Comité de Investigación Pública (1).

En los últimos meses de 1936 existieron Checas dependientes directamente de las Autoridades del Frente Popular para tareas de investigación pública, entre ellas la Checa de Bellas Artes y Fomento. También existieron “Puestos especiales de vigilancia”, bajo la dependencia de la inspección General de Milicias Populares, que en número de 35 Checas constituyeron la base de las milicias de vigilancia de retaguardia, lugares donde frecuentemente se hacía entrega de detenidos por las Comisarías y Dirección General de Seguridad.

Por orden del Director General de Seguridad, Manuel Muñoz, se resolvería que los haberes que se pagaran a los jueces, agentes y milicianos de la Checa de Fomento saliesen del saqueo con ocasión de registros, preferentemente entre religiosos y sacerdotes. Jueces y Tribunales funcionaban de forma ininterrumpida, actuando las brigadillas de agentes para ejecutar a personas en carreteras y cementerios, en horas de noche y madrugada. Estos agentes pasarían adscritos a través de las Milicias de Vigilancia de Retaguardia a los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad.

Al disolverse la Checa de Fomento en noviembre de 1936, entregaría al Gobierno del Frente popular 472 cajas de alhajas y objetos de oro y plata, producto de expoliaciones, distribuyéndose previamente treinta mil pesetas por juez. Estos jueces formarían inmediatamente un Consejo de Policía, presidido por los comunistas Santiago Carrillo y Segundo Serrano Poncela, recayendo en este último el Orden Público en Madrid, cuando esta capital fue abandonada por el Gobierno, constituyendo “un Consejo de Orden Público” siendo este último el que daría la orden de extraer de las cárceles millares de presos para luego ser fusilados en Paracuellos del Jarama, Torrejón de Ardoz, etc.

La Checa de la Secretaría Técnica del Director General de Seguridad y “Escuadrilla del Amanecer” con sede en Alcalá 82, tenía como función primordial poner a disposición al resto de las Checas y Milicias toda la información disponible que se tenía en los archivos y ficheros policiales, así como librar órdenes a Prevención de la misma Dirección General de Seguridad y resto de cárceles para que entregaran presos cuyos asesinatos, así se resolvieran. En el ámbito de la Secretaría figuraban un grupo de individuos denominado “Escuadrilla del amanecer” así etiquetado porque actuaban a esas horas para realizar detenciones y registros, contando entre sus miembros a varios guardias de asalto, entre ellos, Valero Serrano, uno de sus más destacados. Esta escuadrilla haría entrega de muchos de sus detenidos a la Checa de Fomento, siendo elogiado su quehacer por sus frecuentes actuaciones en el Heraldo de Madrid que constataba 486 detenciones y 200 registros, figurando entre aquéllos el Capitán Valdivia, que fuera Director General de Seguridad y luego ejecutado.

La Checa del Subdirector de Seguridad, ubicada en Marqués de Cubas 19, dependía directamente de Carlos de Juan Rodríguez, nombrado el 1 de julio del 36 y que dimitiría el 24 de octubre del mismo año, sustituyéndole Vicente Girauta Linares. El responsable inmediato de esta Checa era un mallorquín, Elviro Ferret Obrador, asistido por agentes profesionales de la Policía. La Checa de Marqués de Cubas se distinguió por sus asesinatos y crueles malos tratos, extendiendo su actividad a las poblaciones cercanas de Madrid. En el saqueo de la Cárcel Modelo del 22 de agosto de 1936, Elviro Ferret junto a milicianos sacaron de la misma al Ex jefe Superior de Policía de Madrid, Don Pedro Rivas y al General Fernando Capaz, que serían asesinados. Carlos de Juan Rodríguez sería promocionado en Mayo de 1937 al cargo de Director General de Seguridad, siendo Ministro Julián Zugazagoitia Mendieta, socialista, integrado en el gobierno del doctor Negrín. En su huida/traslado a Barcelona se haría acompañar del tan referido Elviro Ferret, instalando allí una Checa en el 54 del Paseo de Gracia(2).

La Checa de Atadell lleva el nombre del militante socialista Agapito García Atadell, tipógrafo, leal a Indalecio Prieto. Esta Checa estaba constituida en su mayoría por un numeroso grupo de improvisados agentes de la autoridad, que fueron agregados a la Brigada de Investigación criminal, funcionando de manera autónoma, ubicándose en un hotel incautado en Martínez de la Rosa nº 1, con la nominación de “Milicias Populares de Investigación, de García Atadell”. La Checa se componía de 48 agentes, actuando de segundo jefe, Ángel Pedrero García, y como jefes de grupo, Luis Ortuño y Antonio Albiach Chiralt.

La Checa de Atadell gozaría de gran prestigio entre los políticos siendo apoyada fervientemente por la Agrupación Socialista Madrileña y por la prensa, que continuamente elogiaba sus servicios, dedicados preferentemente a tareas informativas sobre ideología política y religiosa, y muy especialmente todo lo referente a la posición económica de personas, información que era suministrada por la organización sindicalista de porteros de Madrid.

A finales de octubre el tan renombrado García Atadell pretextando un servicio de espionaje, acompañado de dos secuaces abandonó España rumbo a Marsella y luego regresando a España para ir a Sudamérica a efectos de vender el tesoro que desplazaba hasta su detención en Santa Cruz de la Palma por fuerzas del Alzamiento, siendo fusilado y considerado como traidor por el Gobierno Republicano.

Existe constancia en el Archivo Central de la Policía en documento manuscrito anónimo, registro nº 210, transferido al Archivo General Histórico, referente a García Atadell, Agapito que fue ejecutado a las 9 de la mañana del 15 de julio de 1937, según certifica en interesante informe la Jefatura Superior de Sevilla, donde constan datos de las vicisitudes de su vida, huida y detención en Las Palmas. Una nota informativa dice que el referido pertenecía a la Juventud del Partido comunista desde 1922, siendo detenido dos veces en ese año, en 1924, y ocho veces en 1926(3).

La Checa escuadrilla “los linces de la República” se instaló en la sede de la Dirección General de Seguridad, constituyendo un grupo de agentes de seguridad y asalto, en situación de retenidos permanentes y que actuaban bajo la dependencia directa del Director General de Seguridad, Manuel Muñoz, a fin de realizar registros y detenciones. Los linces de la República estaban liderados por el Teniente de Asalto Juan Tomás Estalrich y un capitán de milicias, Emilio Losada, que fuera empleado temporal de Estadística del Ayuntamiento de Madrid. Esta escuadrilla se relacionaba preferentemente y de forma constante con la Checa de la calle Fomento, donde estaba ubicado el Comité Provincial de Investigación Pública, y con la Checa de Atadell.

La Checa de Marqués de Riscal nº 1 dependía directamente del Ministro de la Gobernación, Ángel Galarza y Gago, que tomó posesión el 5 de septiembre de 1936 y que nombrara Subsecretario a Wenceslao Carrillo y Alonso. Esta checa estaba dedicada esencialmente al servicio de escolta personal del Ministro y a la protección del edificio del Ministerio. Estaba dirigida por Alberto Vázquez Sánchez. La mayoría de sus componentes eran milicianos del círculo socialista del Sur, y el resto, integrantes de Izquierda Republicana. Esta Checa acompañaría a Valencia al Ministro de la Gobernación con ocasión de traslado del gobierno del Frente Popular, debido al acoso de los sublevados en Madrid, en noviembre de 1936, instalándose en Santa Úrsula, de aquella población, constituyendo allí una policía política que permanecería hasta 1938, bajo el nombre de “departamento especial de información del Estado (D.E.D.I.D.E.).

La Checa de Fuencarral, instalada en el nº 103 se constituyó en Comisión de Información Electoral Permanente y como consecuencia de ello tenía la información más extensa y completa de los vecinos de Madrid y muy especialmente la ideología de aquéllos. Esta Checa estaba adscrita a la Agrupación Socialista de Madrid, completándose con un grupo de agentes de policías, recién nombrados, afiliados al Partido Socialista y bajo el mando de dos profesionales de la Policía , Anselmo Burgos Gil, y David Vázquez Baldominos, éste, pasado tiempo, Comisario General de Policía. Julio de Mora sería el responsable directo de esta Checa, acreditada por sus innumerables detenciones y entregas para ejecución a la Checa de Fomento. Julio de Mora, albañil, en 1938 sería elevado al rango de Coronel y más tarde, Presidente de la Comisión depuradora del Cuerpo de Asalto, acabando como Jefe supremo de la DEDIDE.

Mención aparte de estas Checas fue la Checa de la Comisaría de Policía de Buenavista. En este sentido es necesario destacar que en la mayoría de las Comisarías de Distrito de Policía de Madrid, la deflacción de policías profesionales, en el transcurso de la insurrección y de la contienda, se hizo evidente, motivado por sucesivos abandonos, separaciones del Cuerpo, encarcelamientos y asesinatos. Los policías profesionales que quedaron después de innumerables procesos de depuración se encontraban cohibidos ante la enorme losa y presencia de personas leales al Frente Popular, que ejercían mando y además constituían el mayor número de personas presentes en las Comisarías, integradas en las Milicias de Vigilancia de Retaguardia y que hacían constantes entregas de detenidos para pasarlos después a la Checa de Fomento.

La Checa de la Comisaría de Buenavista estaba mandada por un profesional de la Policía, Luis Omaña, catapultado por el Frente Popular desde la categoría de agente a la de Comisario. Esta Checa integraba a pocos policías profesionales, muchos milicianos y Guardias de Asalto. Omaña estaría asistido por un segundo jefe, Santiago García Imperial, un forajido que cometería multitud de asesinatos y saqueos.

Concluyendo, parece evidenciarse que desde un principio el Frente Popular prescindió de las Fuerzas de Orden Público, desconfiando de ellas. El Cuerpo de Vigilancia y Seguridad y la Guardia Civil serían sustituidos por las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia. En este orden el Comisario General de Policía, adscrito a la República, Teodoro Illera Martín, en declaración ante la Causa General manifiesta que los nuevos agentes nombrados por la Dirección General de Seguridad procedían a detener a personas desafectas, la mayoría de las veces de forma arbitraria. En esos momentos surgen radios comunistas que ejercen funciones policiales con autonomía y libertad, denominándose a éstos como grupos de “incontrolados”. Aquellas radios, y no los policías, son los que verdaderamente controlan la calle y actúan en domicilios.

La policía tradicional y profesional de siempre, que tuvo que quedarse, tuvo muy poco que ver con Checas e “incontrolados”, por lo que “incontrolados”, milicianos y nuevos agentes policiales en vez de presentar detenidos en Comisarías lo hacían en la sede de la Dirección General de Seguridad o en la Checa de Fomento, y otras próximas al lugar de actuación y que merecieran confianza. Los Comisarios en los Distritos cuando pudieron imponerse, después del primer momento revolucionario, evitaron muchos atropellos, aunque todos tuvieron que padecer como ayudantes a dos individuos por Comisaría de la disuelta Checa de Fomento, con funciones de control político en la Comisaría, al igual que se realizara por los Comisarios de Guerra en las diferentes unidades militares del ejército.



1.- Las Checas eran edificios o parte de los mismos que fueron incautados por el Frente Popular en el transcurso del primer momento revolucionario para instalar comisiones represivas, con facultades limitadas de privación de libertades y realización de asesinatos, siguiendo el modelo del soviet. Las Checas se multiplicaron, adoptando variadas denominaciones según fuera su procedencia socialista, comunista, comités de vecinos, cenetistas, poumistas, etc. En Madrid funcionaron más de doscientas veintiséis Checas, todas ellas con carácter autónomo, y con apoyo de las Autoridades, siendo dotados numerosos chequistas de carnés de agentes de la autoridad, y premiados, pasado tiempo con el ingreso en la Policía y otras Fuerzas de Seguridad.

Marxistas y anarquistas ocuparon templos y conventos para establecer las checas, entre otros el Convento de las Salesas Reales en San Bernardo, 72; Convento de la Plaza de las Comendadoras; Iglesia de Santa Cristina, etc.



2.- Del listado extenso relacionado por la Causa General, creada por Decreto de 26 de abril de 1940, instruida por el Ministerio Fiscal para conocer la actividad criminal de las fuerzas subversivas desde 1936, destacamos aquellas Checas específicamente vinculadas a la actividad policial o a la represión, entre ellas a saber:

o Checa oficial del Comité provincial de investigación pública, en Alcalá 40.
o Secretaría Técnica de la Dirección General de Seguridad y escuadrilla del Amanecer en Alcalá, 82.
o Checa de las Milicias de Vigilancia de Retaguardia en Almagro, 38.
o Checa a cargo de Guardias de Asalto en Alfonso XII, 14.
o Checa policial batallón la Pasionaria, Ronda de atocha, 21, 23 (Escuelas Salesianas).
o Checa del comité rojo de la Guardia Civil, cuarenta fanegas de Chamartín (Colegio Infanta María Teresa).
o Checa de Milicias de Vigilancia de Retaguardia, Don Pedro, 10.
o Checa de Policía afecta a la Agrupación Socialista Madrileña en Fuencarral, 103.
o Checa del quinto regimiento de milicias populares comunistas, Francos Rodríguez, 5.
o Checa dependiente del Subdirector de Seguridad, Marqués de Cubas, 19.
o Checa dependiente del Ministro de la gobernación, Ángel Galarza en Marqués de Riscal, 1.
o Checa de las Milicias Populares de Investigación, en Martínez de la Rosa, 1.
o Checa del comité depurador de la Guardia Civil en Cuesta de Santo domingo, 6.
o Checa de la Brigada Especial en Serrano, 108.
o Checa anarquista Spartacus, de depuración de la Guardia Civil de Madrid en Santa Engracia, 18, dirigida por el Teniente García Jumilla.





3.- El Comisario don Antonio Lino, en fecha 5 de agosto de 1937 se encuentra en Francia después de haber podido escapar de la peligrosa persecución que se organizó contra él en Madrid. Al mismo tiempo era detenido Agapito García Atadell, y en relación a su detención y proceso, aquel Comisario dirigió una carta abierta al director de ABC, Sevilla, donde escribía lo que sigue:

“Muy señor mío:
Cuando en los primeros momentos en Madrid, fue nombrado Agapito García Atadell, así como otros milicianos algunos de ellos con antecedentes por delitos comunes para desempeñar funciones de policía, fue destinado a la primera Brigada de Investigación Criminal, de la que yo era Jefe. ¿Quiere esto decir que quedó a mis órdenes?. Nadie que conociera el Madrid de aquel tiempo puede pensar semejante cosa. En realidad, Atadell no sólo no estaba a mis órdenes, si no que actuaba con tal independencia y tal poder que él hacía y deshacía a su antojo, sin consultar sino con los amigos que en el Gobierno tenía y con los comités revolucionarios en que desde antes del 18 de julio de 1936 figuraba.

Atadell tenía su “cuartel general” en un hotel de la calle de Martínez de la Rosa, número 1, y allí despachaba directamente, bien con el Director de Seguridad, bien con determinados ministros, concediendo incluso audiencia a los miembros del Cuerpo diplomático que lo solicitaban, siempre a fines humanitarios, por parte de los diplomáticos.

La Brigada de García Atadell estaba compuesta exclusivamente por agentes de policía de nueva creación y por milicianos, sin que hubiera entre ellos ni un solo agente ni inspector de la verdadera Policía, de la que llamaremos Policía antigua. Estoy seguro de que ninguno de estos se hubiera prestado a la menor complicidad en los crímenes que la tal brigada cometía.

¡Dar yo órdenes a García Atadell! ¡No se hubiese reído él poco si yo lo hubiese intentado alguna vez! ¡Y no habrían sido decisivas las consecuencias para mí, en caso de que se me ocurriera darle alguna orden!.

García Atadell era jefe de la brigada, ordenador de detenciones, indultador, sentenciador, fusilador y cuanto quisiera; y su poder era prácticamente absoluto.

Desde que se inició el movimiento, yo hacía una vida de verdadera reclusión en unión de diversos Agentes, Inspectores y Comisarios; unos que prestaban servicio y otros que se refugiaban en los despachos de la Dirección o mejor dicho de la Brigada; no salíamos de allí casi nunca; en el despacho comíamos y cenábamos todos juntos, y cuando nos disponíamos a ganar la calle, lo hacíamos en grupo y armados, a consecuencia de las constantes amenazas que sobre nosotros pesaban; la salida, uno a uno, constituía un positivo peligro. Dormían en mi propio despacho, aparte comer y cenar juntos, de suerte que pasábamos en comunidad las veinticuatro horas del día”.


FUENTES DOCUMENTALES CONSULTADAS

- Órdenes Generales Policiales 1931-1939, depositadas en 20 tomos enel Archivo Central de la Policía.
- Gacetas de Madrid y Republicana, 1931-1939, depositadas en el Archivo Central de la Policía.
- Colección Diario Dieciséis: Historia del Franquismo.
- Hemeroteca Nacional.
- Museo documental Archivo Central de la Policía.
- Listado relacionado Cuerpos y Fuerzas de Seguridad 1931-39, Boletín Oficial del Estado.
- Colección fotográfica – Guerra Civil Española, Hugt Thomas, Ed. Urbión, 1937.
- ANTÓN, Julio de, Policía y Guardia Civil en la España Republicana.
- BORRÁS, Tomás, Checas de Madrid: epopeyas de los caídos, Madrid, Escelier, 1940.
- ESPAÑA, MINISTERIO DE JUSTICIA, Causa General, Segunda edición, revisada, Madrid, Aguado, S.A..
- ESTERLICH, Juan, Exposición del plan secreto para restablecer un soviet en España, Bilbao, Edi. Nacional, 1939.
- FOXÁ, Agustín de, Madrid de Corte a Checa, El Mundo, nº 49.
- MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Orígenes del Frente Popular, Phac, Buenos Aires, 1943.

1 comentario:

José López Mederos dijo...

Agapito García Atadell fue detenido el 26 de Noviembre de 1936 en la Isla de La Palma, en la que hacía escala el buque "Mexique" procedente de Saint Nazaire y no en Las Palmas de Gran Canaria, que es otra isla y otra provincia; tampoco fue fusilado sino ajecutado a garrote vil en Sevilla, junto con su lugarteneiente Pedro Penabad, el 16 de Junio de 1937. El botín que portaba, muy importante, valorado en más de 20 mill. de pesetas del ´36, fue repartido entre los jerarcas franquistas de dicha Isla, hecho jamás investigado ni esclarecido.